domingo, 11 de marzo de 2012

Y ahora ¿Qué?


Después de pasar la última noche en el apartamento donde habíamos formado un hogar, ahora tocaba  formar mi nuevo solitario hogar en una habitación alquilada de 3 metros cuadrados dónde el metro me salía a 100 euros, no sabía cómo iba a poder vivir pero al menos sabía como iba a sobrevivir.
Intenté pasar la tarde allí dentro contemplando toda mi ropa, mis libros, mi comida y los recuerdos que me llevé conmigo. Pero sinceramente no pude así que preferí irme a tomar un café y dar un paseo. Sitges tiene eso, que no hace falta ir al cine para ver una película de humor, tan solo hace falta sentarse  en el café Mont Roig y ver pasar la gente, escuchar las conversaciones y ponerle imaginación.
Pero tenía que volver al piso, tenía que habituarme pues esa noche tenía que dormir allí. Aunque aquello fuera la peor tortura china del mundo. Cada segundo que pasaba buscaba excusas para poderlo llamar, buscar alguna cosa que me hiciera ir a verlo antes de lo previsto. Y eso no podía ser, pues hasta las siete no nos podíamos ver. Era cuando habíamos quedado para que recogiera las últimas cosas que me quedaban en el piso.
Mientras, ocupé mi mente con mis nuevos proyectos: La nueva novela, este blog y sobretodo mi meta de irme a vivir a Londres.
Así que entre risas y lágrimas, tomé un café con uno de mis mejores amigos, Pichón. Eso me sirvió para desconetar y también para hacer un pacto, llevaba tres días que tan solo hablaba de Mr. Ice, ya había llegado el momento de dejar de hablar de él o de hablar de mí e interesarme por lo que sucedía alrededor mio.
Sin prisas llegaron las siete, sin prisas fuí al que había sido nuestro hogar y sin prisas y con las llaves en la mano, pensé, que la mejor manera para empezar a poner tierra por medio, sería llamar al timbre. Y al esuchar su voz un dolor me entró por todo el cuerpo, el tono de su voz ya no era tan familiar, ni el hogar era una hogar, ahora era un apartamento. Nos sentamos unos minutos en el sofá, hablamos y decidimos irnos a tomar algo juntos.
El paseo hasta llegar al Café de Sitges, en la playa San Sebastían, se mi hizo enterno, cada paso, cada respiración, cada mirada, cada gesto, todo era lento o mejor dicho todo lo hacía yo más lento.
Mientras estabamos sentados e intentando hablar de cosas normales, una pregunta me ardía por dentro y se la tuve que hacer.
-          Do you love me?
-          Of course, but I can not.
Bueno al menos ahora ya sabía que sentimientos había, pero que no podía ser.
Volvimos al apartamento recogimos las cosas que allí tenía  y fuímos hacía mi nueva celda. Al estar las calles llenas de gente las lágrimas se me cortaron. Y  así el útlimo viaje fue más ameno, más tranquilo y fue él último.
Al llegar al portal, me abrazó y me dijo:
-          Thank you for understand me.
Y en mi mente vinó “Y ahora ¿qué?. Porqué lo quiero. Así quedamos para cenar el martes y despedirnos.
Una vez sentado en mi habitación me sentí tranquilo tal vez, Mr. Ice como siempre hacía me había enseñado algo nuevo, me había enseñado a saber llegar un ruptura de la forma más madura que podía haber.
Ahora tocaba saber el qué, el cómo y el cuándo para completar las metas que me había previsto. Ahora tocaba seguir sabiendo llevar las cosas cómo hasta ahora.
Y que mejor opción que intentar buscar risas en el XXL y el Horno, por una noche, aunque tan solo pude estar dos horas, luego mis pensamientos me pedían afrontar mi primera noche y eso hice, volví me puse en la cama y mis emociones, sentimientos y mi corazón entero afloraron en aquellos tres metros cuadrados.

Carrión.

2 comentarios:

  1. Me siento tan identificado... se lo que se siente.
    Un abrazo.

    ResponderEliminar
  2. Si pero bueno ante eso tenemos dos opciones o quedar llorando en sofá o salir para adelante, aunque a veces esto último duele más.

    ResponderEliminar