miércoles, 4 de abril de 2012

El despertar...

No hay nada más bello e interesante que contemplar el despertar de una ciudad, ver cómo su gente se mueve, se desplaza, se transforma en fin cuando la ciudad empieza a tener vida.
Contemplar cómo hay gente que sale de casa, cómo otros llegan entonces, amantes que se escapan por la ventana, maridos que entran por la puerta, novios que se despiden, novios que se encuentran, madres que llevan a sus hijos al colegio, adolescentes que se esconden de sus madres, ejecutivos estresados desde primera hora, persianas que se abren, el ruido de tacones con prisa, turistas despistados...
Me encanta contemplar eso, sobretodo cuando muchas mañanas lo hago en el café Mont Roig. Allí puedes ver cómo la gente va y viene.
Es divertido poner historias a todas esas personas que pasan por allí. Tal vez porqué muchas veces me pueda parecer muchos más interesante pensar en sus posibles vidas, que ver la mía propia.
Al menos por unos insitantes imagino vidas que no son la mía porpia y me dan ideas.
Pero bueno Sitges despierta siempre de la misma forma. La cobra en su rincón, a la espera de su víctima. Los turistas que llegan, los amantes que se despiden y los que aún se están amando en la playa del muerto.
Pero últimamente yo estaba teniendo mi despertar londinense, ese sueño casi hecho realidad. Cada día me despertaba y faltaba un día menos cada día que pasaba más emociones juntas. Tantas que Mr. Ice, ya había dejado de ser un Iceberg  a la deriva  con el que me podía chocar en el cualquier momento, ahora tenía otro rumbo.
A veces la peor pesadilla puede pasar a ser un simple sueño. Pero a veces de los buenos sueños también tenemos que despertar.
Llevaba casi diez días sin avanzar en la novela y creo que ya iba siendo hora, pero mi mente estaba durmiendo, pues quería soñar.
Cansado de doblar ropa interior (nunca había quitado y puesto tantos boxers),  en la tienda, cansado de despertar en el zulo de tres metros cuadrados, no tenía imaginación ni creatividad.
Por no despertar no había despertado ni mi Líbido sexual, esta si que estaba en un sueño profundo. Hasta empezaba a dudar si lo haría algún día.
Así que hablando de  despertares me puse a pensar en el primer desperar después de ...
Los hay de mil maneras, a veces son fríos, silenciosos, uno se viste y se va y nunca más se sabe de él. A veces son comprometidos, no sabes que hacer. Otros son de infarto, lo mirás y piensas cuántas copas me tomé... Pero en cambio a veces que son torpes, tímidos, eternos despertares, que no quieres que se acaben, despertares con algo más, luego viene un desayuno...
Para ese el mejor, pero a veces pasa y otras no.
Lo importante es despertar, lo importante es tener un día más ya sea para hacer la cuenta atrás hacía una meta, ya sea para tener un día más para conocer a alguien, ya sea para tener un día más soñar, ya sea, simplemente, para tener un día más equivocarse...
Así que mientras veo cómo despierta Sitges también veo como se despiertan mis sueños, que cada vez queda menos.
Carrión.

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