Mama dame cien pesetas que América me voy...

Antes de irme no supe si publicarlo o no. O mejor dicho con los nervios y las prisas se me olvido publicarlo, para que negarlo si este post ha de ser algo sincero. Así que ahora desde Londres ya aquí lo dejo.

“Así empezó mi día con la preparación de maletas, bolsas, recuerdos, libros, ropa, sentimientos, emociones, lágrimas, deseos, miedos, risas, zapatos, notas, esperanza y sobretodo con un nudo en el corazón en todo momento. Ya ha llegado la última noche y cómo siempre miles de pensamientos me vienen a la cabeza. Por eso me permito la licencia de que este post dejará de ser ficción y va a ser real, va a ser dedicado a todos  los que me han ayudado  a realizar este pequeño sueño pero con grandes ilusiones y promesas.

Primero empezaré por mi madre y mi padre, a los cuáles sin querer un tres de febrero llegué al mundo. Me iba a comer el mundo y sin darme cuenta el mundo me comió una vez y dos, pero no habrá una tercera. En especial a mi madre que desde hace 21 días se le hace un nudo en la garganta cada vez que hablamos de Londres hoy ya el nudo está más tirante que nunca. También a mi padre que sin decir mucho, hace mucho.

Ahora voy a seguir con mis hermanas las cuales a veces estamos lejos pero otras veces muy cerca, y ahora estaremos lejos y cerca como siempre. Pero lo importante es que una llamada y estamos cuando nos hace falta.

También a mis tres diablos y una nueva que tardaremos en conocernos, pero más vale tarde que nunca.

A mis amigos, pocos pero tan grandes, Neus, Dolors, Antonio, Cristian, Zoya y Dominik ( este último como me ha costado decir amigo, pero gracias me diste el ánimo necesario para dar el salto).

A los que han estado una noche y luego me han olvidado, a los que me han olvidado sin estarlo, los que prometieron y no dieron, en fin a todos los que algún día se han cruzado en mi camino y se han molestado a estar cinco minutos en mi camino.

También a todos los nuevos que vendrán que serán muchos y compartiremos muchas cosas, algunas buenas, otras malas y otras serán como tengan que ser.

Sitges, tú que me has regalado noches de placer, noches de amor, noches de soledad, noches en compañía, noches de literatura. Ahora me quedo sin los largos paseos, las largas copas en sus bares, sus calles que me han visto reir, besar, querer, llorar, correr, gritar y sobretodo me han visto ser yo mismo. Cuánto te voy a echar de menos.

A Reus, la ciudad en la que nací, que fea es pero que bonita me parece. Con su campanar que se ve desde todos las entradas a la ciudad.  En sus calles un día hice una promesa y esa promesa me la llevo conmigo siempre, no te fallaré.

También a todos los que me siguen en Twitter o Facebook y se molestan en dejar un comentario de vez en cuando también gracias.

Siempre he sido soñador, bohemio, algo loco,  y ahora más que nunca uno vuelve a sus orígenes.

Cuando las maletas ya están acabadas y los billetes impresos, todo parece más real, más cerca, cada vez queda menos. Ahora el nudo lo tengo yo, mi garganta va a estallar.

Son tantos los recuerdos que viene a mi mente, tanto lo que he luchado por este sueño que hasta me llevó  a la ruina una vez, pero sigo luchando por él.

Pero llegaré más tarde que pronto.

Me voy , me voy , me voy  pero no se, si un día volveré...”